Parque Tayrona

La ultima etapa colombiana fue bestial. El parque Nacional de Tayrona. En esta ocasion me fui solo, pues la gente suele trabajar y eso. Aunque he de reconocer que de este viaje he desarrollado un especial gusto por estar solo, de vez en cuando... Llegue al Parque en una extráña combinacion de 5 buses. Aun no se muy bien porque no me cobraron la entrada y pulsera en mano me adentre en el. Cuando a Ana le dije que queria ir a una zona de playas no turisticas, selva y tribus originarias (no indigenas) me contesto claramente Tayrona. Un gusto pasear por las selvas que me protegian del sol justiciero. No tenia decidido cuantos dias pasar y alli no habia cajeros para sacar "plata"; asi que cuando estime que me quedaba una semana, tuve que hacer serias cuentas y otros recursos para "subsistir". Estuve en la zona del cabo, repletito de mochileros; tambien dormi en hamaca, siendo casi un experto en la materia. Playas tan bonitas como peligrosas; en algunas se prohibia el baño por la cantidad de muertos, sobretodo por las corrientes. Las olas de fuerza descomunal, especialmente en la nudista. Combine ratos de playa con paseos selvaticos, a destacar el que me llevo a una pequeña comunidad de pobladores originarios. Tambien me dio tiempo a conocer gente, una bella caleña y Ana la argentina y Dani el barranquillero. Se portaron conmigo estupendo pues compartieron sus viandas a sabiendas que iba justisimo de dinero. El mucho tiempo me permitio seguir devorando libros y en poco mas de diez dias me ventile una interesante biografia del Che. El apartado de alimentacion fue algo complicado, pero rapidamente me adapte y descubri que los pequeños puestecitos de comida eran mas economicos y a veces mas sabrosos que el servicio del camping; increibles las arepas de maiz con huevo. La dieta se completaba con la "pesca" de punteria de mangos del arbol. Sin duda mi estancia alli fue una maravilla, y nuevamente agradeci la no presencia de hoteles y restaurantes, aunque habian proyectos de construccion de resorts turisticos, que si nunca habian sido santos de mi devocion, ahora los odio de una manera acerrima. Malditos especuladores!! Vuelta al cole y fiesta de despedida colombiana con rumba desfasada hasta altas horas. De nuevo el avion...