Trinidad y Camaguey

Mi objetivo era ir hacia oriente para toparme con la Sierra Maestra, famosa por haber luchado alli la guerrilla revolucionaria, y a Santiago de Cuba. Antes hice dos paradas. La primera en Trinidad, un pequeño pueblo pintoresco, con algunos toques de pobreza y signos de devastacion por ciclones pasados. Bonito casco antiguo con sus calles empedradas, que aun ven el paso de carruajes. En todas las casa radiaban a viva voz el golpe de estado en Honduras, que se vivio de una manera muy intensa y especial en Cuba. Viajar solo tambien tiene sus inconvenientes, que en la noche y en las salas de fiesta, si no has hecho contactos, se manifiesta. Aunque trasnochar poco estimula madrugar mucho. La bici me llevo a las playas de Maria Aguilar. Bellas playas de arena fina, resguardado bajo la palmera real, arbol nacional. Con el snorkel pude contemplar el pequeño coral de las profundidades y pececillos coloridos y quemarme la espalda. Con el fresco del atardecer retorne al pueblo. Siguiente parada Camaguey, ciudad grande con numerosas iglesias y plazas acogedoras. Alli conoci a una chica atleta y atletica que me enseño los encantos de la ciudad. Me lleve el mejor recuerdo de la casa donde me hospede. Una muy hospitalaria familia, con el pequeño Jalil de estrella.